Este artículo evalúa los beneficios y perjuicios derivados de las tecnologías digitales disruptivas. Tiene en cuenta los imaginarios sociales que apoyan la idea de que cada cual debe ajustarse naturalmente a la senda de las innovaciones, aunque ello implique el riesgo de que los humanos acabemos cediendo el control de nuestras vidas a los operadores de las grandes plataformas digitales, a los gobiernos o a tecnologías inspiradas en la inteligencia artificial. El artículo expone por qué es esencial promover un debate sobre mundos alternativos a este, y valorar si nos estamos adentrando en un camino de consecuencias negativas que no sea posible corregir ex post con intervenciones políticas.