En esta investigación se analizan los sentidos de pertenencia de los jóvenes, su adhesión a diferentes referentes identitarios y las diversas formas en las que ellos construyen su identidad. En este sentido, se observa una perdida de relevancia de los referentes clásicos como son: la nación, la política y la religión. En contraste, los jóvenes del mundo contemporáneo son interpelados y a la vez se sienten representados por agrupaciones más informales, que tienen un mayor grado de horizontalidad, como grupos musicales o clubes deportivos. La discriminación por otra parte, inhibe el sentido de pertenencia y no permite que los jóvenes que la sufren puedan forjar libremente su identidad. La apariencia física o formas de vestir (24%), la edad (11%), la pertenencia étnica (10%), el lugar donde viven (10%) y la clase social (9%), son los factores por los cuales los jóvenes iberoamericanos han declarado sentirse discriminados. Serían aspectos que muestran la intolerancia y rechazo que hay con respecto al “ser joven” en sí mismo, y a las diferentes maneras que tienen los jóvenes de construir su identidad.
Por otra parte, al ser la discriminación un concepto relacional y construido históricamente, los jóvenes no solo están expuestos a ella desde otros, sino también ellos pueden ejercer discriminación hacia otros grupos. A nivel iberoamericano, los principales grupos discriminados, que no se los quiere tener como vecinos, son drogadictos y alcohólicos. También destaca el rechazo hacia los homosexuales y las personas con VIH/SIDA. Por otra parte, se dan situaciones de violencia entre diferentes subculturas juveniles, como las pandillas, los emos, los punk, etc. que representan principalmente una disputa por la identidad de determinadas “tribus urbanas”.