A lo largo de los últimos años, hemos observado cómo el desempleo ha crecido en todos los sectores de actividad, la reducción de la oferta ha provocado que los trabajadores y candidatos extiendan su periodo de formación, para compensar la falta de experiencia, o para asumir nuevas o adicionales funciones dentro de sus organizaciones. En este entorno, el empleado ha de maximizar su valor para la empresa en la que trabaja. La formación y el reciclaje continuo, se han convertido en herramientas clave para fomentar su empleabilidad y dotarle de una clara ventaja competitiva que además sea sostenible en el tiempo.
Este incremento del valor del trabajador es una responsabilidad compartida, el empleado necesita ofrecer cada vez más a la empresa y ésta necesita maximizar la empleabilidad de sus trabajadores. En este sentido muchas empresas están desarrollando espacios colaborativos de gestión del conocimiento, en el que los empleados encuentran un lugar para aprender y compartir experiencias profesionales.