Vivimos una era de la confrontación. Una época en la que se imponen «los discursos de odio que intentan suscitar no la empatía, sino la antipatía; no la pertenencia, sino la división; no la continuidad, sino la ruptura». Una época «de
caos y de choques que deja poco espacio para la deliberación democrática, los relatos colectivos e incluso, simplemente, la palabra». Un momento histórico que hace «un uso estratégico de la mentira» y que «impone un combate frontal
que acaba con el terreno de la política y con la diversidad de la sociedad» (Christian Salmon).
Subvencionado por el Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades.