La educación y formación profesionales (EFP) responden a las necesidades de la economía, pero también proporcionan a los alumnos capacidades importantes para el desarrollo personal y la ciudadanía activa. La educación y formación profesionales pueden impulsar el rendimiento, la competitividad, la investigación y la innovación de las empresas, y son un elemento esencial para el éxito de las políticas sociales y de empleo. Los sistemas de EFP en Europa pueden apoyarse en una red bien desarrollada de proveedores de EFP. Estas redes funcionan con la participación de los interlocutores sociales, como empresarios y sindicatos, y de distintos organismos, como cámaras, comités y consejos. Los sistemas de educación y formación profesionales (EFP) comprenden la EFP inicial y la continua.
