
Una de las mayores transformaciones que ha experimentado la población española en el último cuarto de siglo es la llegada de millones de trabajadores procedentes de otros países, principalmente de La tinoamérica, África y el Este de Europa. La sociedad española es hoy mucho más multicultural de lo que lo ha sido en su historia reciente y esta mayor presencia de ciudadanos de origen extranjero ha supuesto, además de múltiples beneficios, importantes retos para el mercado de trabajo, el sistema educativo o los sistemas de atención social y sanitaria. El éxito del proceso de acogida se constata a partir del grado de integración logrado en la sociedad receptora, que en el caso español no ha ocasionado hasta el momento conflictos graves ni rupturas en la convivencia.