Los países de la OCDE conceden cada vez mayor importancia a las políticas de aprendizaje a lo largo de la vida y a las políticas activas de empleo como herramientas de crecimiento económico e igualdad social. Para llevar a cabo estas políticas son fundamentales unos sistemas de orientación e información eficaces, ya que todos los ciudadanos deben desarrollar las capacidades necesarias para gestionar su futuro o trayectoria profesional de forma autónoma. Sin embargo, existe una distancia considerable entre estos objetivos políticos y la capacidad de
los sistemas nacionales de orientación profesional. El acceso a estos servicios es limitado, especialmente para los adultos. Con demasiado frecuencia los servicios de orientación profesional no logran desarrollar las capacidades de las personas para gestionar autónomamente su trayectoria profesional, porque que se centran en las decisiones inmediatas. El sistema de formación y titulación del personal que trabaja en estos servicios suele ser inadecuado o inapropiado. La coordinación entre los ministerios competentes y los organismos que proveen la orientación es escasa. La información existente es insuficiente para permitir a los responsables políticos gestionar correctamente los servicios de orientación; los datos disponibles sobre gastos, beneficios, perfiles de los usuarios y resultados no son los adecuados. Por otra parte, los servicios de orientación hacen escaso uso de las TIC y de otros métodos rentables para satisfacer las necesidades de los usuarios con mayor flexibilidad.
Subvencionado por el Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades.