Una niña monta un castillo en un campo con las ramas como torreones, las hojas como cubierta y otra mayor que hace las veces de rampa para bajar como un tobogán. Utiliza raíces y otros frutos para adornar su divertido juego de tarde en la naturaleza gaditana y luego sube a sus muñecos en su creación y prepara una representación teatral para su familia en su construcción de madera y oxígeno. “Hace mucho que no me lo pasaba tan bien”, dice encantada tras los aplausos del público. No ha hecho falta plástico, ni pilas, ni paredes para que la pequeña se sienta cómoda sentada sobre la tierra. Que el contacto con el medio ambiente genera felicidad, que calma el espíritu o que vincula con los ritmos del día y las estaciones son debates históricos que con la proliferación de los entornos urbanos han recobrado interés. Y más allá de estos beneficios: conocer cómo se filtra el agua, la importancia de los árboles para los medicamentos y su fijación en el territorio, o los ciclos de vida que generan y la biodiversidad son algunas de las lecciones que la publicación Descubriendo los bosques, editada este año por la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) pone en valor con una guía de aprendizaje para menores de 10 a 13 años y otra didáctica para profesores.
Subvencionado por el Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades.