La responsabilidad social puede servir como herramienta para contribuir a mejorar la capacidad de recuperación de la economía española, que tras los años de crisis previos a su elaboración, han supuesto una importante pérdida de empleo. Por ello, en la concepción de esta Estrategia, se ha tenido en cuenta su contexto económico y social.
También se ha tenido presente las características del tejido empresarial español, con un predominio de la pequeña y mediana empresa. Por ello, sin perjuicio de seguir avanzando en la promoción de iniciativas de responsabilidad social entre las grandes empresas, se precisa flexibilidad para innovar y desarrollar dicha responsabilidad de acuerdo a sus particularidades, tal y como se indica en la Comunicación de la Comisión Europea de 2011.
Sobre esta base, el objetivo de la Estrategia Española debe ser constituirse como un elemento de orientación y de apoyo al desarrollo de prácticas en este ámbito para todas las empresas, las Administraciones Públicas, y las diferentes organizaciones públicas y privadas. La Estrategia, por tanto, va dirigida a la promoción de la responsabilidad social al mayor número de organizaciones, de forma que todas ellas incorporen las iniciativas en esta materia en su propia cultura y valores, y debe servir además como instrumento eficaz para el cumplimiento de los principios de la Ley 20/2013, de 9 de diciembre, de Garantía de la Unidad de Mercado en esta materia.