El pasado mes de septiembre los alumnos regresaron a las aulas en un curso cada vez más cercano a la normalidad que conocíamos. La vuelta presencial se ha llevado cabo con relativa tranquilidad y medidas de seguridad un poco más relajadas. No obstante, las secuelas del confinamiento y la pandemia así como los fondos europeos destinados a la modernización del modelo de aprendizaje sitúan a nuestro sistema educativo en un momento decisivo. Estamos en un punto de inflexión. Ante el comienzo de una nueva senda de transformación, con el objetivo de aprovechar al máximo las posibilidades que ofrece el uso de la tecnología en la educación.
