La evolución tecnológica está produciendo transformaciones que tienen un importante impacto en el mundo laboral. Términos como Robótica, Digitalización, 3D, Big data, y Economía 4.0., reflejan los cambios que se están generando en la forma de producir, en las nuevas actividades, en las organizaciones y en los modelos económicos. Son cambios que inciden directamente en los perfiles competenciales de los trabajadores y en su necesario ajuste a los nuevos requerimientos de las empresas.
Por otra parte, casi millón y medio de los trabajadores afiliados en alta en la Seguridad Social tienen sesenta o más años de edad y es de suponer que en los próximos años habrá que sustituir a muchos de ellos. Esto requerirá que el relevo se produzca con trabajadores con un nivel de cualificación más elevado y con una formación que les capacite para el desempeño de competencias nuevas y distintas que les serán requeridas en las actividades económicas afectadas. El sistema de formación debe anticiparse a las necesidades del tejido productivo y constituir un apoyo a la capacidad innovadora y competitiva de la empresa, a partir de unos recursos humanos de calidad. Con este fin el Observatorio de las Ocupaciones del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) confecciona anualmente el “Informe de prospección y detección de necesidades formativas”, que pretende ser un punto de partida y referente para la elaboración de una oferta formativa que dé
respuesta a los desajustes y retos que plantean estas transformaciones, de acuerdo con el marco normativo que establece la Ley 30/2015, de 9 de septiembre, por la que se regula el Sistema de Formación Profesional para el empleo en el ámbito laboral.
Un comentario
Muy buen post. Gracias por compartirlo.