Con un aumento en la productividad agrícola, que ha conducido a una drástica reducción del empleo en el sector, las regiones rurales de la OCDE dependen actualmente de una amplia gama de elementos económicos dinamizadores para su crecimiento. La globalización creciente, la mejora de las comunicaciones y la reducción de los costos de transporte son factores adicionales de impulso del cambio económico en las áreas rurales. Las políticas tradicionales de subsidio a la agricultura no han tenido la capacidad para aprovechar el potencial de estos elementos económicos dinamizadores. En 2006, la OCDE publicó un informe temático The New Rural Paradigm: Policies and Governance (El Nuevo Paradigma Rural: Políticas y Gobernanza), que busca explicar el actual giro en las políticas de desarrollo rural en respuesta a estos importantes cambios económicos y a la necesidad de contar con un nuevo enfoque de gobernanza.
Las políticas para desarrollar las áreas rurales están comenzando a tomar en cuenta la diversidad de elementos económicos dinamizadores al igual que los diversos tipos de áreas rurales. En conjunto, estas áreas enfrentan un contexto desfavorable vinculado a la emigración, al envejecimiento, a una base de conocimientos más baja y a la disminución de la productividad media del trabajo, todo lo cual reduce la masa crítica necesaria para proporcionar servicios públicos eficaces, infraestructuras y desarrollo de negocios, creando así un círculo vicioso. Sin embargo son muchas las áreas rurales que han sabido aprovechar las oportunidades y tomar ventaja de los activos que disponen, tales como su localización, sus recursos naturales y culturales y su capital social. El éxito de estas áreas rurales dinámicas es evidente en las estadísticas regionales.